jueves, 27 de octubre de 2011

Prueba de alcoholemia

locaEn el Matías Hernández había una loca que se divertía corriendo en su silla de ruedas a lo largo y ancho del pasillo del manicomio, imitando ruidos de carros de carrera. De repente sale un loco (llamado Carlos) de una habitación, la detiene y le dice: “Disculpe señorita, pero usted excedía el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?” La loca se pone a buscar en su bata y saca un boleto viejo del cine. El loco verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir…

La loca enciende su veloz auto y arranca de nuevo a toda velocidad y, al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo.  Vuelve a detenerla y le dice: “Disculpe señorita, pero he visto como cruzaba la doble línea amarilla. Le importaría mostrarme su licencia?” La loca revuelve otra vez en sus bolsillos y le entrega una envoltura de chicles. El loco comprueba que los papeles están en orden, vuelve a amonestarla y deja que se vaya otra vez.

locoLa loca se lanza de nuevo a toda velocidad por los pasillos... Y, al volver a pasar por el mismo sitio, el mismo loco sale por tercera vez de su habitación, pero ahora totalmente desnudo y con el pene erecto.

La loca lo ve y exclama:  "¡Ay Carlos, no jodas coño...! ¿Otra vez la prueba de alcoholemia?

Gracias Eli por la inspiración.

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